SECA FIGUES A MAELLA

COSTUMBRES Y TRADICIONES

DANIEL BONDIA GIL

 


La producción de higos secos constituyó antaño, en Maella, un importante complemento de la economía familiar. De hecho, hasta mediados del siglo pasado , trascurrido el mes de agosto, todos años comenzaba la recolección de higos para su posterior secado y venta . Las higueras, de la variedad “Blanca de Maella” (ficus carica) solían estar en los “ribazos” o linderos de los bancales de la huerta del Matarraña, y su fruto era de una calidad excelente, de reconocida fama.

 

Higos en la higuera. Blanca de Maella
Higos en el árbol
 

Eran generalmente las mujeres las que se encargaban de la ardua tarea del secado en cañizos que  colocaban en solanares, eras, la propia calle o incluso en la explanada del castillo. En los cañizos se  extendían los higos que había que seleccionar, voltear adecuadamente, y sobre todo proteger de la lluvia o de la humedad de la noche.

 

Higos secos. Figues seques. Pa de figues Maella
higos secos

 

Una vez secos se almacenaban convenientemente en las casas hasta su venta a almacenistas locales que se dedicaban a encajonar los higos para su comercialización posterior. Esta tarea, que podía durar hasta un mes o más, reportaba muchos jornales a decenas de mujeres que debían realizar este trabajo en jornadas de ocho o más horas y requería cierta destreza manual.

Parece ser que esta actividad fue pionera en dar de alta a las personas contratadas a modo de cotización para derechas de jubilación.

 

Secando higos en el castillo de Maella. Figues seques, pa de figues
“Añorable producción agrícola. Secado de higos en el Castillo. Años 30”.
del libro “Historia de Maella” de Vicente Juste (DPZ 1995)

 
 

 
 
 

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