La peneta l'Gall

ARAGON DE LEYENDA

ALBERTO SERRANO DOLADER

 

     Apenas le queda media hora de luz al día cuando disparo (las fotos) a la Peñeta del Gallo. “Pero cómo no íbamos a llegar, si está a la puerta de casa. Cosa de diez minutos en auto desde Maella, por el camino del Pinar, tirando hacia la zona de Alcañiz, por la val de Gili; mírala, en la margen izquierda», me indica Paco Izquierdo Capacés, agricultor nacido en 1947. Esta roca, tan grande como un coche, me sugiere la forma de un cofre de tapa plana. «De tesoros escondidos no sé nada de nada; pero, cuando yo era mozo, mi padre me dijo que si quería escuchar un gallo dentro de la peñeta debía acerca la oreja a un hoyo que tiene. Es lo que hice y, al prestar mucha atención, me pegó una bofetada, muy suave, pero bofetada al fin y al cabo. Al aplastar la mejilla contra el pedrusco no solo resonaron en mi interior gallos, sino pavos y patos. O sea, que ya sabes el porqué del nombre».

    La de Paco Izquierdo no es la única versión que circula entre los maellanos, aunque sí la más extendida. Manuel Aguilar Balaguer (nacido en 1953) refiere que si ponías la cabeza en la concavidad «por la mañana a punta de día» escuchabas el quiquiriquí sin necesidad de que alguien te golpeara. Ahora, la Peñeta del Gallo está rodeada de vegetación, matorrales y arbustos silvestres; hasta hace unas décadas, te podías acercar a ella sin incordio alguno. La excursión es un regalo que me hacen los amigos del Centro de Estudios Maellanos, Jesús Godina Llop y Daniel Bondía Gil, con los que visito otros lugares interesantes, de los que ya me iré ocupando en esta columna semanal.

 

Peneta del Gall Maella Val de Gili
La peneta l'gall

 

    La natural ingenuidad infantil -a la que se puede sumar la de un buen montón de adultos- también propició una tradición muy similar en la vecina población de Fabara, donde se conoció otra roca del Gallo, en el camino que iba a Nonaspe, por la 'empeltá' de la Barrama. El desarrollo de la cuchufleta resultaba idéntico a la primera versión recogida en el caso de Maella: «El golpe era el canto del gallo», escribió el cronista de Fabara Víctor Cervera en 1986.

    Cuando, a mediados de la década de los setenta del siglo XX, se reformó la calzada, la roca fue retirada de su emplazamiento y la tradición fabarola quedó sepultada. Lola Bielsa -que lo sabe casi todo de su pueblo- me indica que no quedan ni fotos; menos mal que, en 1993, se publicó un dibujito en la revista local “L’Algorí”.

    Tradiciones de similar corte no faltan en la provincia de Zaragoza. Por citar solamente dos, de las que algún día trataré, la piedra del Confite en Luesma, o la piedra del Riñón, en el interior del famoso túnel la Mina, en Daroca.

 

La peneta del gall Maella Val de Gili
De Izda a Dcha: Daniel, Paco y Alberto


 

Publicado en el Heraldo de Aragón, el día 19 de Enero de 2020


Comentarios

Entradas populares